sábado, mayo 27, 2006

Había una vez….



Había una vez una mujer extraña, en un país extraño, ajeno y misterioso.

Y ella vivía y permanecía ahí, en ese país extraño, día a día, sin esperar nada más que un nuevo amanecer, para seguir viviendo y sobreviviendo hasta que llegara el atardecer.

Y ella veía el mar y soñaba con el vaivén de las olas, con lo que llegaría un día a la orilla de la playa de arena blanca, como una ofrenda; después de una noche de tormenta,.

Y ella caminaba junto al mar, buscando, esperando, anhelando.

Y un día, arribo un hombre extraño, de un país extraño, ajeno y misterioso.
El era un hombre raro con sabor a sal, venido de lejos, traído por el mar.

Y sus diferencias eran tan grandes como desiguales eran sus mundos, pero al encontrarse sus ojos, al mirar en sus pupilas, se descubrieron con los mismos sueños, con los mismos deseos, con los mismos temores.

Y se amaron… y se unieron….
Y ya no serán unos extraños nunca más.
Ahora son uno solo con el cielo y el mar.

Ella duerme en sus brazos, el besa su regazo. Después del amor, antes de soñar…
El la mira arrobado, imaginando los mares que habrán de surcar, los anhelos por realizar.

Ella escucha, entre sueños, al hombre, a la luna, a la vida que le dicen:
Duerme ahora mi niña, descansa ahora mi amor, ya estas en casa.



Propiedad de S.L.Villerias

2 comentarios:

Angel y Demonio dijo...

Uy! Que lindo! Me gustó este post también. La historia de los cangrejos la vi en otro lado, pero he de decir que la encontré muy buena también. Saludos! Te estaré leyendo.

Sandralucia dijo...

Gracias Angel, bienvenida, te he visto en el blog de corcholata, me gustan tus comentarios...